viernes, 3 de febrero de 2012

Entrevista: Conrrado Uribe, co-curador del MDE11, Encuentro Internacional de Medellín

Publicado en Oficina36, diciembre 2011
 
Camila/Oficina36  (O36): El proyecto Encuentro Internacional de Medellín (MDE11), del que eres  co-curador, tiene como antecedente las Bienales de Arte de Medellín, realizadas entre 1968 y 1981, y la primera versión del Encuentro Internacional de Medellín (MDE07). ¿De qué manera surge la segunda versión de este proyecto?
Conrado Uribe (CU): Para entender el MDE11 es necesario hablar del MDE07. Llamado  “Prácticas artísticas contemporáneas. Espacios de hospitalidad”, la propuesta curatorial del MDE07 buscó –entre otras cosas– re-articular el campo artístico de la ciudad mediante el establecimiento de relaciones efectivas entre los artistas participantes, sus prácticas y los públicos e instituciones locales, trascendiendo de paso la concentración espacial y temporal de las bienales en función de visitantes extranjeros.  El equipo curatorial compuesto por María Inés Rodríguez, José Roca, Ana Paula Cohen, Oscar Muñoz, Jaime Cerón y Alberto Sierra desarrolló unas líneas conceptuales que, entre otros asuntos, cuestionaron la relación de la ciudad con lo foráneo. Fue por esto que el filósofo Bruno Mazzoldi, quien visitó el MDE07, propuso el neologismo “hostipitalidad”.  Se trataba pues de un proyecto no centralizado que contaba con unas Zonas de activación en diferentes momentos (a lo largo de todo un semestre) y lugares (distintos espacios de la ciudad).  Posteriormente, a comienzos de 2010 y con un proceso de evaluación multilateral del MDE07, se comienza a desarrollar el MDE11: “Enseñar y aprender. Lugares del conocimiento en el arte”.  El enfoque del MDE11 fue de tipo pedagógico, lo que implica tanto a los proyectos y las metodologías de los artistas convocados, como su despliegue y formas de inserción en la esfera pública.  Se mantuvo la idea general de las Zonas de activación,  pero fueron redefinidas en función de la estructura y metodología propuestas por el nuevo equipo curatorial, compuesto esta vez por José Roca, Nuria Enguita-Mayo, Bill Kelley Jr, Eva grinstein y Conrado Uribe.  A pesar del énfasis en la pedagogía que mencioné antes, no se obtuvo la respuesta esperada de parte de las academias artísticas locales.  Es importante decir también que los Encuentros Internacionales de Medellín han sido iniciativas dirigidas siempre desde el Museo de Antioquia.
Oficina36: En el panorama artístico colombiano el Salón Nacional de artistas tiene gran importancia.  ¿Qué relaciones podrías establecer entre el MDE11 y el Salón Nacional de artistas?
CU: Hay que entender la transformación reciente del Salón Nacional de Artistas para comprender por qué el Encuentro Internacional de Medellín se propuso cómo se hizo desde su primera versión.  El Salón Nacional de Artistas ha sido entendido como el termómetro del arte colombiano desde hace casi 7 décadas.  Hasta el 2004, estuvo basado en lo que algunos denominan (un poco en broma) las “juradurías”: un grupo de personas convocadas para escoger unas obras que iban a participar en un evento expositivo.  En la década de 1990 se renovó con un paso previo, pero basado en el mismo proceso: los Salones Regionales de Artistas.  Fue sólo hasta 1997, con la publicación de “POST. Reflexiones sobre el último Salón Nacional”, que comenzó seriamente su proceso de revisión, lo que condujo finalmente  a la re-formulación del evento basada en proyectos curatoriales por regiones, las que luego se ponen en diálogo en un evento central posterior.  Según este nuevo modelo, las convocatorias ya no están dirigidas a artistas (para que manden fotografías de sus obras y sean posteriormente seleccionadas por unos jurados), sino a equipos de curadores (comisarios) que proponen proyectos basados en características propias de los contextos locales, a partir de las que se realiza el Salón Nacional.  Me refiero entonces al paso de la figura de los jurados como agentes decisores –figuras decimonónicas que arbitran basados muchas veces en criterios que no se sabe muy bien a qué atienden–, a la de los proyectos curatoriales como plataformas de producción, circulación y apropiación del arte.  Esa transformación del gran evento del arte colombiano es un antecedente relevante para comprender el formato de los Encuentros.  Lo interesante de todo esto al mismo tiempo, es reconocer cómo el primer Encuentro, el MDE07, tuvo repercusiones en la versión del Salón Nacional de Artistas inmediatamente posterior (2008). Son relaciones y flujos que se dan en doble vía. Habrá que evaluar las repercusiones futuras que pueda tener el MDE11 en este evento, pero es importante decir que aún hoy el Salón Nacional sigue en proceso de evaluación y revisión. 
Oficina36: Mencionabas antes que con el MDE11 no se obtuvo la respuesta que se deseaba de parte de la Academia y eso parece paradójico.
CU: En el primer tercio del 2010 se hizo una evaluación multilateral del MDE07 a partir de conversaciones con docentes, artistas, curadores, directores de espacios alternativos, en la que se reconoció la necesidad de integrar en mayor medida el proyecto con las academias.  Pero al mismo tiempo se identificaron concepciones muy tradicionalistas en los procesos de formación artística, y se reconoció que la ciudad de Medellín continuaba en una situación de endogamia académica que permitía que los mismos profesores estuvieran trabajando simultáneamente en distintas instituciones, lo cual puede obedecer a una situación real del contexto laboral local, pero favorece una recirculación de contenidos poco oxigenante que resulta, al menos, problemática.   En función de lo anterior, por ejemplo, es como el equipo curatorial del MDE11 concibe el “Taller de construcción”, una de sus Zona de Activación, planteada para ofrecer un espacio de profesionalización –coordinado por los curadores– dirigido a artistas jóvenes o estudiantes universitarios de artes plásticas que cursaran los últimos niveles.  Se pretendía ofrecer la posibilidad de que ese grupo de artistas jóvenes entrara en contacto con otros discursos y fue así como se concibieron originalmente 4 talleres, de dos semanas de duración, con capacidad para 15 participantes cada uno, lo que daba un total de 60 artistas en total que serían incluidos como parte integral del MDE11, algo que no es usual en eventos artísticos de gran formato. 
Oficina36: Eso es un poco extraño
CU: Quizás, pero apropiado para el contexto.  El proceso de selección de los participantes estuvo mediado por una convocatoria pública, pero desafortunadamente la cantidad total de portafolios que se presentaron fue muy baja (62). Con ese número sólo se pudo hacer un Taller de Construcción, realizado en noviembre de 2011 bajo la coordinación de Nuria Enguita-Mayo y yo.  Los resultados de dicho taller se exponen actualmente en las salas del Museo de Antioquia.
En los procesos de evaluación mencionados antes también apareció cómo el MDE07 no propició una interlocución más horizontal con docentes y académicos locales, quienes se quejaron por considerar que el MDE07 les impuso una estructura.  Por esa razón en la planeación del MDE11 quisimos propiciar unos espacios más colaborativos de trabajo, a sabiendas de que proceder de este modo no es necesariamente más fácil, pero los resultados siempre son más ricos y sus impactos más duraderos.  La co-laboración y la co-producción estaban en el corazón mismo del Encuentro MDE11, y no podían ser adjetivos que se ponían allí ornamentando un proyecto sino que debían implicar verdaderamente una serie de metodologías de trabajo que debían ponerse en acción desde el diseño mismo del proyecto.  Paradójicamente, cuando invitamos grupos de docentes a co-laborar en el proceso de construcción estructural y metodológica del MDE11, se nos recriminó en muchos casos por qué les presentábamos y los convocábamos a un proyecto que todavía estaba en un estadio tan amorfo.  La respuesta nos dejó un poco desconcertados.  Considero que es preocupante ese distanciamiento mostrado por las instituciones universitarias frente a proyectos de este tipo.
Oficina36: Quizá esta respuesta por parte de la Academia se pueda relacionar con el neologismo que empleaste antes…
CU: Hostipitalidad.
Oficina36: Exactamente. Otro punto que creo importante es la diferencia entre el MDE11 y las bienales, que como tú decías son más concentradas en tiempo y espacio.
CU: En contravía con las bienales, cuyo formato parece estar más establecido, el Encuentro es un proyecto orgánico que busca compenetrarse con la ciudad y no se le imponga. No existe un modelo curatorial preestablecido, y mucho menos una curaduría de autor.  A propósito de lo anterior, en la Fundazione Ratti (Italia) se realizó el pasado 29 de noviembre un encuentro académico en torno a la historia, los roles y la fisionomía de los curadores.  Allí Maria Lind reconoció dos tendencias en las curadurías actuales.  En primer lugar, estarían lo que denomina “piruetas curatoriales”: proyectos enfocados en la propia discursividad curatorial en los que el arte es instrumentalizado para ilustrar hipótesis temáticas que, aunque pueden resultar inteligentes, no centran la mirada en el arte.  En segundo término, estarían los proyectos curatoriales que privilegian la colaboración y la producción nueva de obra, incorporando la experimentación como una herramienta necesaria para plantear nuevos formatos de mediación en los que se exploren las funciones sociales y culturales del arte; este tipo de proyectos exigen una mayor compenetración entre  artista, curador y entre estos y su contexto.  El Encuentro Internacional de Medellín, desde su primera versión, ha buscado trabajar en esa línea, proporcionando un modelo metodológico que funcione más como estrategia y línea de fuerza antes que como tema; un modelo cambiante que no puede reproducirse y ser exactamente el mismo en sus diferentes momentos.  Por eso es que es posible identificar conexiones entre el MDE07 y el MDE11, pero también puntos de distanciamiento.  Y sucederá lo mismo, seguramente, con las versiones venideras. En el MDE11, por ejemplo, buscamos que su estructura metodológica resultara mucho más visible y evidente, y por eso se insistió tanto en el mindmap que estaba siempre presente en cada uno de sus Núcleos y Zonas de Activación. Habrá que evaluar si lo conseguimos o no, pero en relación con lo anterior, intentamos que la pregunta por las dimensiones pedagógica y cognoscitiva en las prácticas artísticas estuviera muy presente en los componentes, participantes y públicos.  Para dar cuenta de lo anterior, se plantearon modos de trabajo que permitieron una mayor imbricación de los participantes con el contexto de la ciudad.  Por un lado, los artistas fueron elegidos con base en las posibles articulaciones que pudieran tejerse entre sus procesos metodológicos, los planteamientos conceptuales del MDE11 y las diferentes dinámicas de la ciudad.  Fue así como un porcentaje importante de los artistas tuvieron la oportunidad de hacer un viaje de pesquisa, a partir del cual pudieran plantear una propuesta en diálogo y articulación con los aspectos/comunidades/territorios/agentes investigados. Son estas algunas de las características que ponen al Encuentro Internacional de Medellín en un lugar distinto al de las bienales.  Es importante pues que para sus próximas versiones se mantenga una metodología de trabajo semejante, en la que el próximo equipo curatorial conozca el Museo de Antioquia, la ciudad y los fenómenos del arte local para tratar de diseñar un proyecto acorde y en relación con las necesidades del contexto.
Oficina36: De esta manera la diferencia entre el MDE11 y el modelo tradicional de una bienal no solo es una cuestión temporal, sino un replanteamiento de la curaduría.
CU: A diferencia de las bienales, el Encuentro Internacional de Medellín no ha buscado ofrecer un estado actual del arte en términos de los artistas más reconocidos a nivel mundial; y menos algo como actualizar la ciudad en función de las “tendencias” internacionales.  Transitando por otras rutas, ha convocado algunos artistas que han resultado pertinentes según los planteamientos propuestos en cada caso. Y creo que esto es muy importante: los Encuentros han ofrecido tiempos y espacios (plataformas) en los cuales levantar preguntas y plantear discusiones vigentes para con el arte –entendido como ese conjunto de prácticas culturales imprescindibles cuya potencia radica en la posibilidad de ofrecer maneras únicas de comprender lo existente e imaginar lo que no– y pertinentes con el contexto local, sin perder nunca de vista la necesidad de articular este último en doble sentido: tanto en su interior como hacia afuera. 
Oficina36: A partir del MDE11, ¿ves una nueva práctica curatorial alternativa a los jurados?
CU: Creo que para eventos artísticos que se pregunten por los roles sociales y culturales en sus entornos, el modelo basado en los jurados está mandado a recoger.  Pero los formatos curatoriales deben seguir siendo revisados y discutidos en igual medida. Es por eso que he mencionado cómo esas curadurías de autor, verticales, preconcebidas (que parten de unas hipótesis previas), que imponen unas ideas e instrumentalizan a los artistas y sus obras, se contraponen a unas curadurías que plantean unas prácticas más horizontales dialógicas y relacionales, con los artistas y los contextos en los que se insertan. Considero que estos proyectos curatoriales pueden tener una mayor pertinencia y resonancia en lo local, especialmente cuando se trata de ciudades o contextos por fuera del circuito internacional artístico tradicional y de artistas en pleno proceso de trabajo.  Pero además, ¿por qué si las propias prácticas artísticas pusieron en cuestión el lugar del autor desde hace medio siglo, pareciera como si ese espacio abandonado hubiera sido ocupado por los curadores? En ese sentido, el grupo de curadores del MDE11 dejó de lado cualquier tipo de ego para intentar construir colectivamente un proyecto en el que todas las voces fueron escuchadas; donde lo que primaban eran los argumentos por sobre la persona o el lugar de emisión de las ideas o nombres. A mi juicio los curadores tienen que poner en cuestión el peso de autoridad que se les ha atribuido, ser muy conscientes de su papel como mediadores y catalizadores y, en esa medida, hacer de sus prácticas procesos más horizontales y dialógicos; con capacidad suficiente para identificar las particularidades de la retícula contextual en la que se encuentran y responder en consecuencia; en sintonía con las prácticas artísticas actuales; y abrazando la polifonía y la complejidad en oposición a las visiones monofónicas y sintéticas del mundo.

La memoria de los marginados en Colombiajant

Publicado en Oficina36, diciembre 2011
El pasado 18 de noviembre se han presentado en Can Xalant tres proyectos que atraviesan el Atlántico y se instalan en el complejo entramado de la sociedad colombiana: las impresiones de Pilar Bonet sobre la apropiación en el arte contemporáneo durante su residencia en Lugar a dudas (Cali), la reformulación del modelo de las bienales en el proyecto MDE11 presentado por Conrado Uribe y La memoria reciclada, de Pep Dardanyà, conforman este viaje transoceánico.
Moravia, barrio marginal de Medellín, se asienta desde hace cinco décadas junto al basurero municipal. En sus calles intrincadas se ha gestado una historia ignorada que es a pequeña escala la historia de Colombia. Guerra, desplazamiento, violencia, narcotráfico, luchas, vida y esperanza constituyen esta otra cara de Medellín.
Mediante el proyecto La memoria reciclada, los habitantes de Moravia a escenificar y representar su propia historia, reconociéndose en ella y delimitando los doce episodios más significativos desde el asentamiento del barrio.
Aun así, Moravia es un caso especial, desde que se construyó el Centro de Desarrollo Cultural de Moravia, macro edificio que ha atraído diversos proyectos artísticos, culturales y sociales, el barrio de invasión se ha convertido en un laboratorio social donde se imbrican lecturas teóricas con el diario transcurrir de los hechos, que siguen la el rumbo del país. Violencia y esperanza aun constituyen la esencia de Moravia. Violencia y esperanza que pueden ser estudiadas, representadas, visibilizadas… pero que fuera de Moravia son siempre ignoradas.
                                                                                
Link de La memoria reciclada: http://www.pepdardanya.com/?p=372&lang=ca

Entrevista: Moritz Küng No nos habla del Canódromo

Publicado en Oficina36, noviembre 2011

Oficina36.: Ante la dimisión del CoNCA y los cambios propuestos por el Consejero de Cultura, ¿cómo ve usted el panorama del arte contemporáneo en Barcelona? 
M.K.: Barcelona's panorama of contemporary art knows some very interesting and particular positions (like you might find in any other "local panoama" if you search for it), but I recognize a certain deficit in it's internationalization (promotion and exchange).
Oficina36.: ¿Esta situación también se vive en el resto de Europa?
M.K.: In some countries more than in others.

Oficina36.: ¿Qué proyectos está usted desarrollando ahora?
M.K.: No comment

Oficina36.: ¿Qué opina usted de la aplicación de la Buenas Prácticas en la elección de cargos de gestión cultural y de las demandas por parte del sector cultural de realizar concursos públicos en la elección de director del CCCB?
M.K.: Every higher cultural position should be determined by a transparent procedure and an external committee, based on a open call or a selected invitation. 

Bienal de Valls

Publicado en Oficina36, noviembre 2011
Tot i la seva llunyania de les més habituals rutes de l’art per als artistes emergents, la Biennal de Valls, celebrada aquest any amb un pressupost de 50.000€, es presenta com una plataforma des de la qual impulsar la seva carrera, una oportunitat  per professionalitzar-se i obtenir una certa visibilitat, al menys dins del panorama de l’art emergent a Catalunya.
A la convocatòria d’aquesta edició es van presentar 162 artistes dels quals setze van ser seleccionats com finalistes. Per la seva participació a la Biennal, cadascú d’ells rebrà 600€ en reconeixement al seu treball, tot i que llevant les despeses per concepte de materials, transport i assegurança de les obres, els honoraris es redueixen fins desaparèixer.
En el marc d’aques event, des d’Oficina36 us convidem a conèixer l’obra d’Antònia de Río, Empar Buxeda i Isabel Servera.
Antònia del Río: Xiu-xius en blanc, la biblioteca absent, instal·lació en vinil blanc amb la qual continua la seva investigació sobre els “magatzems de memòria”, es tracta d’una biblioteca conceptual, composta per tots els textos destruïts al llarg de la història. Gracies al contrast del vinil brillant sobre la textura mate del mur, son entrevist infinits prestatges que reflecteixen “l’absència d’aquestes fulles que un dia van ser llibres”.
Empar Buxeda:Estudi formal #6 (Hipersintesi del Río Ganges), instal·lació amb la que reflexiona sobre l’aïllament i el fenomen descontextualitzant propi dels nostre temps i de les investigacions i progressos científics. Es així com Empar fa possibles noves relacions i lectures de la realitat.
Isabel Servera: Errors d’impressió i Setmanari “Brisas” no.1240 seccionat en 1408 porcions, ens tornen als interrogants d’Isabel en torn a l’art i la seva pràctica, al que fer i com fer-ho. Imposant-se una extrema rutina provoca un diàleg entre tècnica, artesania i art.

Artistes participants: Serafín Álvarez, Empar Buxeda Arjonilla, Carme Díaz Alías, Miquel García Membrado, Fermín Jiménez Landa, Tamara Kuselman Cherñajovsky, David F. Mutiloa, Miquel Ollé Aguiló, Ariadana Parreu Alberich, Tere Recarens, Antònia del Rio Ferrer, Xavier Ristol Orriols,  Isabel Servera Díez, Irving Vera Chirino i els col·lectius Momu & No Es (format per Lucia Moreno i Eva Noguera) i WeareQQ (format per Usue Arrieta i Vicente Vàzquez).
Guanyadors: Xavier Ristol, Irving Vera i Fermín Jiménez

Jurat: Teresa Blanch (crítica), Cèlia del Diego (crítica), Francesc Abad (artista), Jordi Abelló (artista) i Àngels de la Mota (galerista).

Data: 07 de octubre a 27 de novembre 2011

Biennal de Cuenca (Ecuador)

Publicado en Oficina36, noviembre 2011
 
Lo entreabierto como fisura, abismo de deseo, detonante de comienzos, lo entreabierto como umbral, punto de inflexión entre el afuera y el adentro, lo visible y lo oculto, lo entreabierto como bisagra que articula discursos contradictorios, confrontados, concertantes, lo entreabierto, en fin, como cualidad intrínseca del arte, siempre a la deriva entre lo comprensible y lo indescifrable, es el tema de la XI Bienal de Pintura de Cuenca (Ecuador), en la cual encontramos tres diferentes discursos curatoriales, que crean un puente entre el panorama local y la escena europea (Ecuador, Latinoamérica, Europa) y corresponden a las diferentes sedes para la exposición:
ATRABILIARIO, el Museo de Arte Contemporáneo de Cuenca acoge, bajo la denominación griega de la apacibilidad estética, Katya Cazar al frente de la curatoría ecuatoriana, se centra en la capacidad del arte de ocultar, bajo sus formas aparentemente equilibradas, una tensión a veces violenta y estremecedora que hace del arte un lenguaje capaz de denunciar.
EN DEFENSA DE LA DELICADESA, alojada en el Museo de la Medicina, en Cuenca y dirigida por el curador Agnaldo Farias, basa su discurso en la exaltación de lo sutil como camino para retornar a la conmoción en una época signada por la saturación de relatos grandilocuentes que ya no despiertan en nosotros ningún interés. Lo sutil es, para Farias, el unheimliche freudiano, lo cotidiano que se torna extraño y nos conmueve no para evadirnos, sino para retornarnos a la realidad con una visión alternativa.
HACIA UN MERIDIANO INQUIETANTE, la curatoría europea, a cargo de Fernando Castro López, apela al lugar geográfico, el punto de encuentro y de desencuentro. El lugar que se transforma en un no-lugar, la distorsión, la perdida de sentido por exceso de significación, la fragmentación y la deriva propias de una época posterior a todas las épocas y que define todas sus características con el prefijo “post”. La inquietud como punto de partida, como posicionamiento para reconocer que estamos a la deriva y necesitamos un norte. La inquietud como primer paso de una futura certidumbre.
En un momento en que los claros posicionamientos desaparecen y hacen imposible el posicionamiento de la población, el arte puede presentarse como indicio del camino a seguir, señal sutil y oculta entre las formas de este mundo.
Curadores: Katia Cazar, Agnaldo Farias, Fernando Castro López
Artistas participantes: Liliana Porter, Esteban Pastorino, Eugenia Calvo, Graciela de Oliveira, Regina Siveira, Rubens Mano, Rossana Ricalde, Magdalena Atria, Oswaldo Maciá, Fernando Arias, Wilfrido Prieto, Saskia Calderón, Anthony Arrobo, Luis González Palma, Shilpa Guptha, Tania Candiani, Patricia Belli,
Sandra Nakamura Ana Gallardo, David Claerbout, Nedko Solakov / Dimitar Solakov, Daniel Senise, Waltercio Caldas, Flávia Ribeiro, Alberto Baraya, Stefano Rubira, Valeria Andrade, Anthony McCall, Zilvinas Kempinas, José Antonio Vega Macotela, Sandra Gamarra, Marco Maggi, Marlon de Azambuja, Arturo Cariceo, Patrick Hamilton, Fernando Prats, Carlos Garaicoa, María José Argenzio, Ilich Castillo, Paulina León, Tomás Ochoa, Paúl Rosero, Óscar Santillán, Santiago Sojos, Valeria Andrade, Ricardo Calero, Lola Marazuela, Paco Mesa, Domingo Sánchez Blanco, Javier Núñez Gasco, Regina José Galindo, Kaoru Katayama, Jonathan Hernández, Yoshua Okon, Daniel Jacoby, Jorge Pineda
Fecha: 11 de noviembre a 31 de enero del 2012
Lugar: Museo de Arte Contemporáneo, Museo de la Medicina, Museo Pumapungo, Cuenca, Ecuador
Link: http://www.bienaldecuenca.org/index.php

L'art en la subversió

Publicat a Oficina36, novembre 2011
 
Les formes de combatre la precarietat, són, per definició, precàries. Precàries i subversives, doncs miren de rebassar l’ordre establert, fent que tots els àmbits es transformin en àmbits de lluita, incloent l’art, que està present en la insubordinació i és, per tant subversiu.
El passat 10 de Novembre obrí les portes, durant breus hores, l’exposició TSVC (Técnicas Subversivas en la Vida Cotidiana), a la Carboneria, coneguda casa okupa localitzada fora dels circuits de l’art institucional. I per això mateix insubordinada, subversiva.
La mostra, tot i respondre a una convocatòria de tècnica lliure, es va centrar, degut a les preocupacions actuals, en aspectes urbanístics, l’ús de l’espai públic i privat i les convencions associades a cada un, així com l’ utilització dels mitjans propis del sistema econòmic per combatre-ho.
Propostes creatives i precàries, que des d’un espai marginal ens mostren com els discursos de l’art institucional, d’alguna forma elitista, no sempre es troben tan lluny d’altres iniciatives més properes a l’anomenada “cultura de base´´
Artistes participants: DosJotas, #FFFFFF, Makea, Yoshi, Javier Velázquez, Mariona Mundi, Aiva, Jacobo Jörgensen, Javier P. Miñambres / Gaspar Francés, Cmotan MC, Naiara, Deru, Akvile Miseviciute, Molestar.org

El Canòdrom desocupat

Publicat a Oficina36, novembre 2011

El Canòdrom de Barcelona, sembla pertànyer, junt al Bòlit de Girona, a una nova tipologia de centres artístics que es poden definir per la seva immaterialitat. En les dos casos es tracta d’entitats amb director en funcions, programa curatorial –fa més d’un any que el Bòlit manté activitats sota la direcció de Rosa Pera, en tant que el Canòdrom té una primera exposició dirigida pel CoNCA-, però sense cap seu ni pressupost.
En el cas del Bòlit, les seves obres van ser aprovades per l’anterior administració, però recentment s’ha donat a conèixer la impossibilitat de la seva materialització, per mancar-li de pressupost, al menys fins 2016, segon va anunciar Puigdemont, alcalde de Girona.
El Canòdrom, que fins al 2008 debatia el seu futur entre convertir-se en centre cívic per al barri de Sant Andreu o en poliesportiu, i que en 2009 fou elegit com seu del centre d’art contemporani que acolliria el programa cultural del CASM -una vegada es transformés en Arts Santa Mònica-, havia d’entrar en funcionament el proper any, sobretot si es té en compte que les obres per la seva reconversió ja estan avançades i que en elles es van invertir al menys 300 000 euros. Però, de moment, inclòs ni tan sols té personaria jurídica, depenent del patronat del MACBA.
El projecte Canòdrom, que havia d’articular-se amb les Fàbriques de Creativitat –que també van patir retallades en els seus pressupostos per producció artística-, integra també el cèntric espai de La Capella, del qual el futur es torna incert després de que a començaments d’aquest any Artur Mas anunciés al patronat del MACBA que no hi haurà cap pressupost pel nou centre artístic.
La inquietud dins del sector artístic respecte al lloc de l’art contemporani a l’escena cultural catalana va en augment amb el canvi de direcció de La Virreina Centre de la Imatge, ja que s’especula que Moritz Küng pogués ocupar aquesta vacant, raó per la qual es demanda a la administració l’obertura d’un concurs públic que garanteix la transparència en la elecció d’un càrrec que marcarà el destí cultural barceloní.
Entre tant, el director del Canòdrom manté la calma al front d’un centre desocupat.